Boletín Nº 20 (Diciembre de 1995)

Sumario.- Plaza mayor - Editorial -La directiva informa - Buenos días Gor - Información municipal - Delegaciones - Noticias locales - Las fiestas '95: El pregonero y el pregón - Los toros: El tarro de las esencias - Temas de interés - Gor histórico: La iglesia de Gor en el siglo XIX. El arreglo de Brezmes(VII) - Nuestras opiniones - Oficios para el recuerdo: los esquiladores - Colaboraciones - Tienes la palabra - Humor y pasatiempos. 

 

 

 

 

 

 

EL PREGONERO Y EL PREGÓN

NOTICIA BIBLIOGRAFICA ABREVIADA DEL PREGONERO DE LAS FIESTAS

El Dr. D. Manuel Díez de Velasco Vallejo, nacido en Santander el 22 de Mayo de 1926, es Catedrático de Derecho Internacional Público y Privado de Universidad. Como tal ejerció en las Universidades de Granada (1959-1961), Barcelona (1961-1971) y Autónoma de Madrid (1971-1974). Como Catedrático de Derecho Internacional Público en la Universidad Complutense de Madrid (1974-1991). Fue Magistrado del Tribunal Constitucional (1980-1986). Magistrado Emérito a partir de 1986. Juez del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas desde octubre de 1988 a octubre de 1994. Miembro de L'Institut de Droit International. Académico de Número de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. Director de la Revista Instituciones Europeas. Antiguo Presidente de la Asociación Española de Profesores de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales. Autor de diversas publicaciones de su especialidad, entre ellas las siguientes:
- "Nociones Elementales de Derecho Internacional Público". Granada, 1959.
- "Curso de Derecho Internacional Público". Madrid, 1963.
- "Instituciones de Derecho Internacional Público". Tomo I, 10ª Ed., Madrid, 1994.
- "Las Organizaciones Internacionales", 8ª Ed., Madrid, 1994.
- "La protection diplomatique des Sociétés et des Actionnaires". La Haye, 1974.
- "El Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas". Madrid, 1984.
- "La Competencia Consultiva del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas" y "Aspectos Jurídicos Actuales de la Protección del Medio Ambiente en la Comunidad Europea, y en especial la Contribución de su Tribunal de Justicia en el Derecho Comunitario Europeo y su aplicación judicial". Granada-Madrid, 1993, 573 a 594 y 1003 a 1026 respectivamente.
Ha impartido Cursos y Conferencias en distintas Universidades españolas y extranjeras y en la Academia de Derecho Internacional de La Haya.

ALGUNOS ASPECTOS HUMANOS

Don Manuel fue hijo único. Su padre era administrativo de ferrocarriles y su madre, nacida en Perú de padres españoles, era pedagoga, fuera y dentro de casa. Estudió bachillerato en el Instituto de Santa Clara de Santander. Después comenzó Derecho por libre, hasta que en los tres últimos cursos se fue a vivir a Valladolid, a donde volvió años después, ya como profesor.
A finales de los años cincuenta ganó la Cátedra de Derecho Internacional en Granada y contrajo matrimonio con Doña Tomasa Abellán Tonia, licenciada en Derecho e Ingeniera Agrónoma.
Don Manuel tuvo siempre una apariencia mucho más joven que su edad real. Relata la peripecia que le ocurrió cuando, a sus treinta años, se incorporó a su cátedra en Granada: "Cuando entré en la sala de profesores, un bedel que había sido antes guardia civil, quiso echarme de allí, convencido de que era un alumno".
Tiene el orgullo de haber colocado como primer juez español en el Tribunal de Justicia de la Comunidad Europea a un alumno suyo: Gil Carlos Rodríguez Iglesias.
En el Departamento de Barcelona tuvo como ayudante a Miguel Roca Junyent.
De su asignatura ha salido un pléyade de catedráticos y profesores distribuidos por todas España.

PREGON DE LAS FIESTAS DE GOR 1995
Manuel Díez de Velasco

Ilustrísimo señor alcalde, señores concejales, goreños por nacimiento o descendencia, mis queridos paisanos por adopción:
No sería sincero si mis palabras en este acto no fueran para manifestaros públicamente, a todos los aquí reunidos, mis sentimientos más sinceros. En primer lugar, reiterar mi agradecimiento por habérseme concedido el honroso título de hijo adoptivo de esta villa, como ha recordado en con sus cariñosas palabras el señor alcalde, y en base a ello, y por considerarme uno más de vosotros, el haberme encomendado el gratísimo cometido de hacer de pregonero en estas entrañables fiestas del patrón San Cayetano en el presente año 1995.
En segundo lugar, no os extrañe me sienta emocionado por este encargo especial de pregonero y que intente trasmitiros de todo corazón, no sólo los mejores deseos de regocijo y alegría en estas festividades, sino también para todos los goreños, presentes y ausentes y para esta Villa de Gor en su conjunto los deseos de prosperidad y paz en el año que con estas fiestas patronales, hoy recomenzamos. Día especial por otro lado, que para muchos de los presentes; es el del reencuentro anual con sus recuerdos del pasado, con los amigos y paisanos que aquí pudieron quedarse o que volvieron después de una vida de trabajo fuera de este lugar tan querido que les vio nacer.
Yo no os puedo hablar de comunes recuerdos infantiles y juveniles, pues nací muy lejos de esta para mi entrañable Villa de Gor; pero como nacido en un paisaje rodeado de montañas y sierras como el vuestro, comprendo perfectamente el especial amor a una tierra singular que entra por todos los sentidos y se lleva en el alma.
Hace ya muchos años que estoy íntimamente ligado a este término municipal. En el mes de agosto de 1960 -es decir, hace ahora 35 años- vine por primera vez con mi familia a uno de los anejos de Gor. Desde entonces e ininterrumpidamente aquí hemos tenido nuestro segundo hogar, y desde el pasado mes de octubre es nuestro centro de trabajo y nuestra morada permanente. Como ejemplo os diré que dos de mis más extensas publicaciones están fechadas en Gor el 15 de septiembre de 1972 y el 25 de julio de 1995 respectivamente, ya que aquí fueron escritas o revisadas.
Treinta y cinco años de vida en común me han permitido conocer no sólo por testimonio de otros, sino en buena parte por la propia experiencia vivida, la historia de Gor, tanto en sus partes dolorosas (remembranzas y secuelas de la Guerra Civil y de la doble emigración como consecuencia de la primera o por motivos laborales en las décadas de los años 50 a 70), como también en sus partes alegres, en especial las fiestas anuales de San Blas y San Cayetano, con sus singularidades especiales entre las que caben destacar como culminantes en lo religioso y en lo profano respectivamente "el correr la bandera" y "el encierro de los toros". Actos ambos inolvidables para los hijos de Gor que año tras año, muchos de ellos desde tierras lejanas, retornan a su tierra querida a revivir momentos de intensa emoción de su infancia y de sus años mozos.
Dejemos de hablar del pasado y encaremos con el futuro ¡qué mejor que estos días de convivencia para pensar lo estrictamente necesario en el pasado y para ocuparnos y preocuparnos del futuro de esta Villa y de sus hijos presentes en ella o dispersos por la geografía española!.
Hora es ya de dejar pesimismos y de intentar buscar o inventar las causas de la reducción del número de habitantes y de achacar al individualismo de origen de todos los males. Estos en buena parte son extraños a los hijos de Gor y se explican por factores políticos, sociales y económicos que han venido impuestos desde fuera. La transferencia de poblaciones del campo a la industria es un fenómeno lamentable en lo humano; pero histórica y socialmente explicable. Que el censo de habitantes de Gor en 1895 fuera de 897 vecinos y unos tres mil habitantes, y que el 1 de enero de 1995 el padrón municipal recoja 1304 habitantes de derecho, es un hecho triste, por los problemas humanos que lleva consigo, pero que es achacable a causas no atribuibles a los propios hijos de Gor.
Pensemos pues en el futuro y procuremos por todos los medios disponibles y por la unión de todos los goreños que nuevas fuentes de riqueza o bien reorientando las que la naturaleza nos ha dado, nos permitan hacer de esta villa, sus anejos y su entorno natural un lugar más próspero, más justo y más bonito y atractivo, especialmente para los jóvenes, en cuyas manos está el futuro.
Pocas cosas están tan cerca de nuestro alcance, como la puesta a pleno rendimiento del Area de Servicio -la única, junto con la de Loja en toda la Autovía A-92- pues ella puede ser un foco de atracción sobre Gor y sobre todo un escaparate y un lugar de venta para la artesanía y los productos sabrosos y de otra índole que podrían ser elaborados en nuestra villa. No olvidemos que aquí ha habido y hay, por ejemplo, verdaderos artistas de la madera, y de una artesanía ejemplar, así como productos sabrosísimos suceptibles de industrialización y de comercialización.
La autovía puede ser una bendición si se sabe aprovechar, pues ha acercado en horas -el factor tiempo es hoy esencial- a Gor con otras ciudades y núcleos de población no sólo de Andalucía sino también del Levante español y de la Europa Transpirenaica.
No olvidemos que cuando se termine el trozo que queda pendiente de la autovía entre Baza y Puerto Lumbreras, Cádiz y Copenhague estarán unidas por autopista o autovía en todo su recorrido, con las repercusiones que ello supone en ahorro de tiempo y rapidez para el transporte de viajeros y mercancías.
En cuanto a comunicaciones se refiere, no debemos olvidar tampoco una reivindicación de esta parte de Andalucía Oriental que es y debe ser la reapertura del ferrocarril que unía Granada y Almería con el Levante español. El próximo año -el 10 de noviembre de 1996 para más señas- hará noventa años que se inauguró el tramo de Gor a Guadix y el 15 de marzo de 1997 el de Baza a Gor. Aunque para mi siempre ha sido un misterio el alejamiento de las estaciones de los núcleos de población, es indudable que sería un beneficio para Andalucía el que se reconsiderara la reapertura de esa línea. La vuelta al transporte por ferrocarril es una nueva política de la Unión Europea. Esperemos poder beneficiarnos de ella.
Objetivo prioritario, para parte de este término municipal y su vecino Gorafe, es la puesta en marcha del Pantano de Gor. ¡Esperemos que pronto sea una realidad!. Esperemos además que la Comunidad Europea pueda ayudar a esta obra de carácter infraestructural en una región reconocida por la propia Comunidad Europea como deprimida y además de agricultura de montaña como es la nuestra. Yo espero que pese a los duros tiempos de restricciones presupuestarias, el pantano entre dentro de la política prioritaria de los planes hidrológicos tan necesarios en la España seca y que la Comunidad Europea ayude.
No olvidemos, por otro lado, que la Naturaleza ha dotado a este término municipal (el más grande de la provincia de Granada, con casi 180 kilómetros cuadrados) de unos bellísimos paisajes naturales en buena parte incluidos dentro del Parque Natural. Su aprovechamiento en todos los órdenes, sin olvidar al turismo ecológico, cada día más en auge, pueden hacer de nuestro municipio un lugar de privilegio. El turismo rural busca espacios naturales privilegiados como éste que tenemos delante. La rehabilitación del anejo del Royo Serval para esta clase de turismo es un buen botón de muestra de que no me muevo en el reino de la fantasía.
No olvidemos finalmente que estamos en un lugar especialmente sano -la longevidad de algunos de sus hijos lo pone bien de manifiesto- tranquilo, acogedor y amable. No olvidemos también que la vida en las ciudades es cada vez más incómoda. No les extrañe pues que aquellos hijos de esta Villa que tuvieron que abandonarla en busca de trabajo, piensen en ella como lugar de retorno y de merecido descanso para lo que hoy se llama eufemísticamente la Tercera Edad. Prepararles las infraestructuras residenciales u hoteleras y mejorar las sanitarias y de distracciones es una buena tarea que redundará en beneficio de todos.
Perdonen mi ya larga perorata, en la que me he alejado tanto de un pregón tradicional de fiestas; pero el amor a esta Villa, de la que con orgullo me siento hijo, me ha hecho pensar más en el futuro que en las fiestas en honor del Patrón San Cayetano, que hoy comienzan.
A imitación de él, que se preocupaba de proveer y por eso fue llamado "Padre de la Providencia" las necesidades presentes y futuras de sus contemporáneos, ocupémonos nosotros también, con esperanza y voluntad, en un quehacer común para el presente y sobre todo para el futuro de nuestra comunidad, aquella formada por los hijos presentes y ausentes de nuestro querido Gor.
Termino, y para todos os deseo lo mejor y para Gor, especialmente ¡que viva y que reviva! ¡Muchas gracias!

 

 

 

 

EL TARRO DE LAS ESENCIAS

Destapó Pepe Luis Vázquez el tarro de las esencias del toreo en su primero, y dejó aromas de toreo serio y hondo aunque no sobrado de valor ante un bravo novillo de E. Ponce.
El tan esperado festival taurino con dos matadores hispalenses daba comienzo con buen tranco y el respetable iba creyéndose que en su pueblo se pudiese celebrar tamaño acontecimiento como el que estábamos presenciando.
Evaporadas las primeras fragancias en la lidia del primero, Martín Pareja Obregón paró con el capote a un feo novillote de J. R. Palomares sin posibilidad alguna de lucimiento. Coronado el burel de rehiletes, despertó de su letargo persiguiendo con casta la muleta del sevillano hasta vender cara su vida. Lo recibió el matador rodilla en tierra toreando gustoso en redondo con emoción y enjundia. El tarro de las esencias seguía vertiendo sus efluvios, y no quedó ahí la cosa; siguió Martín toreando con la derecha y después al natural con verdadera clase, ligazón y unas ganas propias del novillero que quiere comerse el Mundo. Completó el diestro su florido repertorio con manoletinas, molinetes y un sin fin de suertes que hacían al público frotarse los ojos y preguntar al vecino de localidad que si la cuerva no estaría un poco cargada de bombo. Mató el voluntarioso espada de un bajonazo, pero no importó: la Plaza estaba embriagada con las esencias del buen toreo y lo premió con dos orejas y un rabo de toro bravo.
Adheridas a las paredes y al fondo del tarro quedaban aún aquellos restos que sólo pueden ser sacados por alguien con una capacidad innata para ello. Y allí estaba D. Pepe Luis Vázquez, que tras lancear a su segundo interpretó una verónica de las que ponen el vello de punta, y sin tiempo para que nos recuperásemos comenzó la faena de muleta con dos series de naturales que sabían a algo distinto, poco probado, de difícil definición. El Cerro se puso de puntillas para ver lo que allí pasaba; era el toreo en su más pura esencia: sencillo, natural, hondo, vertical, de exquisita plasticidad. Puso en práctica Pepe Luis el que lo bueno si breve dos veces bueno, no se demoró y en tres series perfectamente enhebradas a torerísimos remates estaban sentadas las bases del toreo. No pudo rubricar con las espada su tratado de tauromaquia, pero lo visto allí perduraría en el recuerdo del respetable por mucho tiempo. Aplaudida vuelta tras fuerte petición.
Acabó así el punto más álgido de una gran tarde que se encargó de cerrar Pareja-Obregón con una faena llena de dificultades ante un toro colorao de incierta embestida y aviesas intenciones. A base de tragarle lo consiguió embeber en la muleta en una faena más de técnica que de lucimiento. Cerca estuvimos de ver asomar la tragedia junto a la gloria cuando a la salida de un desplante levantó por los aires el novillo al flamante matador aunque sin mayores consecuencias. Se premió la faena con una oreja.
El público se resistía a abandonar el ruedo buscando rastros de las esencias que por el rubio albero se habían derramado. Algún aficionado de reconocida solvencia se planteaba si volver a los toros en lo que restaba de temporada para no emborronar la memoria de aquella tarde y exclamaba: ¡Que tarde, coño, que tarde!.
EL DIA 9
Devueltos a la normalidad, el día 9 se llenó la Plaza para presenciar una novillada de emoción para los jóvenes que empiezan a ejercitarse en el difícil mundo de la Tauromaquia. Destacó el ganado de E. Ponce y Fco. Porcel por su encastada nobleza, excepto el segundo del encierro que tuvo muchas dificultades. Muy al principio de sus carreras los jóvenes espadas fueron contemplados por un público respetuoso que comprendió la diferencia con el día anterior y quiso ver en cada uno de los chavales un torerazo como los del cartel del día 8; Javier Andana cortó dos merecidas orejas; recibieron fuertes ovaciones Carlos de la Serena y José León, y Antonio Ramírez vio silenciada su labor tras dos avisos.

Andrés García Jiménez

 

 

 

 

LOS ESQUILADORES

Seguramente no sea del todo exacto considerar esta oficio como algo desaparecido, puesto que hoy día se sigue ejerciendo.
Pero si quedaron para el recuerdo las condiciones, bien diferentes a las actuales, en las que trabajaban los hombres dedicados a la esquila del ganado lanar.
La inestimable colaboración de ELOY MARTINEZ, esquilador de reconocido talento, nos ha ayudado a conocer y recordar en estas páginas algunas de sus vivencias en el oficio, al que dedicó desde los 17 años hasta los 57.
Como es sabido, se trata de un oficio "temporero"; que se realiza, por razones obvias, entre los meses de Abril y Junio, por lo cual los esquiladores el resto del año lo dedicaban a labores propias de la agricultura o la ganadería, cosa que resultaba totalmente compatible.
Según nos cuenta Eloy, sus comienzos como aprendiz los realizó en la cuadrilla llamada "Los Eusebios", para continuar después, con otra que era conocida por toda la comarca como de "Los Bautistas". Estas cuadrillas estaban compuestas de 6 ó 7 personas, de los cuales, uno, "el MANIJERO" era quien formalizaba los "contratos" con los clientes, cobraba, contaba el ganado y demás cuestiones organizativas.
La temporada se solía empezar en Gorafe hacía finales de Abril.
De Gorafe recuerda Eloy la dificultad que presentaba el trabajo debido a "lo calizo" del terreno que apelmazaba la lana haciéndola más resistente e inasequible a la tijera.
De Gorafe, marchaban a Charches y de allí a Gor, terminando la temporada a finales de Junio con el tiempo justo de iniciar la siega y demás labores del verano.
El horario (de sol a sol), la postura, bastante incómoda, no muy buena cama (a veces el pajar) y mala comida según los casos, son algunos de los aspectos considerados más duros de este oficio, según relata nuestro entrevistado. Sin embargo, no considera que fuese mal remunerado, comparado con otros similares: la cuantía por oveja era de un real hacía los años 30, llegando en los 70 a unas 10 ptas. Teniendo en cuenta que un esquilador podía pelar de 10 a 12 animales por jornada, su sueldo en los años 70 alcanzaba más o menos de doscientas a 300 ptas. diarias.
El oficio se transmitía casi exclusivamente de padres a hijos, mostrando los maestros poco interés en divulgar demasiado sus conocimientos para evitar la competencia.
Actualmente, la máquina eléctrica utilizada por los esquiladores facilita extraordinariamente el trabajo, lo que añadido a la rapidez que ésta supone hace de la esquila un oficio bien distinto del de épocas pasadas.
Tampoco faltaba en la esquila la parte festiva: en cada manada que se esquilaba se hacía, al final, una comida especial, acompañada del correspondiente vinillo de la tierra y algún que otro baile que servía de despedida hasta la próxima temporada.
El aspecto sereno y pausado de Eloy, hoy jubilado, nos hablan de un hombre sencillo que ha vivido intensamente su trabajo y su vida.
Por mi parte, agradecerle el que con su relato nos haya hecho un poco más conocedores de su oficio y al mismo tiempo más comprensivos y agradecidos con todos los hombres y mujeres de su generación.

Mª Carmen García